Durante dos años había solicitado una vivienda sin humos, ni contaminantes, y unos días antes de morir hizo público un video, al parecer reivindicativo, en el que decía “el gobierno me ve como una basura prescindible, quejosa, inútil y un coñazo”. Después de Sophie, otra mujer son SQM ha solicitado la eutanasia.
El contexto es ideal para la demagogia más estrepitosa (y esperpéntica, cuando hablan de los nazis o la eugenesia), con titulares como “La eutanasia de los pobres desata la indignación en Canadá” (LaRazón). Las fuentes de Canadá son más sutiles y de ahí extraigo la información: ¿Los canadienses están siendo llevados al suicidio asistido por la pobreza o la crisis de salud?;
Una mujer con sensibilidad química múltiple eligió la muerte médicamente asistida después de un solicitar sin éxito una casa mejor.
La enfermedad de Sophie (SQM), sus circunstancias sociales y sus palabras, le dan una especial complejidad.